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Se habla mucho durante estos tiempos de vivir el momento presente, de tener conciencia del ahora y de no pensar, ni vivir recordando tiempos o momentos pasados, o agobiarse por la incertidumbre que nos deparará el futuro.
Pero el mindfulness… ¿es un estado de ánimo, una meditación o una técnica?
Muchos estudios confirman que la práctica de la meditación mejora la memoria, la concentración y factores como la inteligencia emocional.
Hoy os damos las claves para entender los beneficios de lo que se considera esta filosofía de vida.

  • Uno de los objetivos principales es conseguir relajar nuestra mente y aislarla de todos los temas que nos preocupan y nos ocupan sin ser conscientes de ello.
  • Lo recomendable es intentar practicar el mindfulness cada día durante unos minutos. Buscar un espacio de tranquilidad, donde no nos interrumpan y poder “desconectar” del exterior y “conectar” con uno mismo.
  • Busca un lugar que sea cómodo, enciende una vela y pon luz tenue. Quizá la música suave o los audios de meditación guiada te ayuden al principio. Basta empezar con este tipo de práctica realizándolo durante 10 minutos.
  • Que la temperatura sea agradable y la ropa que lleves también.
  • La posición más recomendada es sentarse manteniendo recto el tronco y a partir de ahí cerrar los ojos y concentrarnos en el ejercicios de “desconectar”. Escucha la música, el audio y concéntrate en la respiración profunda.

Si nunca hemos realizado este tipo de ejercicios es imprescindible mantener una actitud positiva y abierta y no dejarlo el primer día. Dale una oportunidad y no te cierres en banda dejándote llevar por otros pensamientos. Esfuérzate en el ejercicio de desconectar y concentrarte durante esos minutos en mirarte por dentro, en la respiración que estás realizando, en la postura correcta de tu cuerpo… Y no juzgar cualquier pensamiento que te venga a la cabeza ¿Serás capaz?